Pinchar aquí para ver el relato original
Ante todo, planteo una crítica a la moral esclava de lo preestablecido y presa de ser manipulable; siendo capaz, sin ser consciente, de terminar apagando su propia vida a costa de luces ajenas que la acorralen.
Ante todo, planteo una crítica a la moral esclava de lo preestablecido y presa de ser manipulable; siendo capaz, sin ser consciente, de terminar apagando su propia vida a costa de luces ajenas que la acorralen.
Aquel hombre tenía un extraño síndrome, no tan extraño si lo extrapolamos, por el cual no lograba distinguir entre cepillos de dientes y cuchillas de afeitar. Escuchó mil veces que debía lavarse los dientes, y sin preguntarse por qué, lo hacía. Pero cada noche, encerrado en el baño, sólo conseguía rasgarse las encías hasta hacerlas sangrar, y enmudecer poco a poco.
Ahora imaginen qué pasaría si el síndrome fuera ser “un humano”. ¿Difícil de imaginar? Las consecuencias de la enfermedad incluirían dudar, atemorizarse, protegerse tras la manada, aprender por imitación...
Aunque el cajón también incluiría preguntarse, enfrentarse a sus debilidades, usar el ingenio y la razón, aprender por comunicación.
Y aunque los cepillos de dientes, estos últimos, siempre están en el cajón para ser usados; algunas noches los sindrómicos escogen el metal que los destroza por no saber el fin, la finalidad del lavado.
Sí, sabemos que tenemos que ser felices, lavarnos los dientes, algo sano; pero el caos del ser un humano nos puede llevar a confusión.
Todo el mundo está tan seguro de lo que sabe?? De vez en cuando no viene mal hacerse consciente de que nada es por sí mismo, sino por el valor que nosotros le damos. Si ese valor ni siquiera se lo dimos nosotros, sino que nos llegó de alrededor (esto es: ideas de lo correcto y lo incorrecto, de lo justo y lo egoísta, de lo provechoso y lo que hace perder el tiempo...), quizás nos estemos acercando más a las hojas de punta afilada. Filo que nos puede destruir; si hacemos cosas que sabemos, sin entender por qué las hacemos.
Un bonito fondo rosa, para un final no tan bonito. ¿Confundido? Eres humano!! Pero ahora ya sabes tu síndrome.
No hay comentarios:
Publicar un comentario